Las expectativas en la literatura

Siguiendo el post "De bloqueos literarios y gente que inspira" y a raíz de leer un artículo de Antonia Romero que ha sido como leerme el pensamiento, hoy vengo a hablaros de las expectativas en la literatura.

Ya que está tan bien descrito, no me voy a repetir, por lo que os aconsejo que leáis primero el artículo de Antonia para que entendáis de qué va el tema:



Si pienso en cuándo empecé a escribir... creo que lo he hecho desde que tengo uso de razón, porque no recuerdo ninguna etapa de mi vida en la que no estuviera con un cuaderno, un lápiz y una caja de colores bajo el brazo; sin embargo, no fue hasta hace relativamente poco que me propuse serlo como profesión. Tenía en mi cajón cientos de mini historias escritas en servilletas de bar, en libretitas y hasta entre los apuntes de clase y un prototipo de novela a la que le hacía falta una buena corrección. Pero quería algo más. Quería que fuera el mil por cierto de lo que podía dar de mí, por lo que todos los proyectos que empezaba me parecían banales, quería ser tan perfeccionista que rara vez pasaba del primer capítulo. Estaba poniendo demasiadas expectativas.

Desde aquél momento, la magia de escribir en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia se esfumó. Ya todo estaba mirado con lupa por si se trataba de: "La obra". Ya no escribía por gusto o porque no necesitara, ahora era un trabajo. Y, como todos los trabajos, al final, te hastían.


Tal como dice Antonia Romero: "Las expectativas son las que generan  frustración". Y ese es el primer paso para cargarte una afición. Y no es sólo exclusivo de la literatura, sino que se aplica casi a cualquier otro campo.


¿Y vosotros? ¿Tenéis expectativas muy altas o más bien bajas en vuestros proyectos?


Nosotros nos leemos en el próximo post.

Estoy Leyendo... ¡Un lugar en el mundo!

Hace una semana empecé a leer "Un lugar en el mundo" de Favio Volo. Llevaba tiempo buscando una lectura ligera que me enganchara lo suficiente como para no dejarlo en el segundo capítulo y, por ahora, ¡lo ha conseguido!

Además, ahora que llegan los días de calor infernal y las noches de 28º a estas tierras, estreno nuevo rinconcito de lectura. Al lado de la ventana, con la luna naciente, cojín mullidito y por supuesto (aunque no salga en la imagen) un flexo con buena luz para no dañar la vista.



Cuando lo termine ya os contaré qué tal y, lo mismo, hasta me animo a hacer una reseña. Hasta entonces...


¡Sshh! Estoy leyendo...


Un lugar en el mundo
Favio Volo                    
Desde que me diagnosticaron estrés crónico hace unos dos años dejé de poder decir que era escritora, no he conseguido escribir más de dos líneas seguidas y, si lo hacía, acaban en la papelera por ser palabras vacías. No había nada que me motivara a escribir; en realidad, no había nada que me motivara... ¡Ése era el problema!

Habrá gente que no le dé mayor importancia o que se lo tome como una etapa más y espere a que pase, en mi caso, yo me frustraba. Cada vez que se me encendía la bombillita y no conseguía escribir nada, me frustraba y se me cerraba aún más la mente. Y así encadenas una semana, un mes, un año, dos... Daba igual cuántos ejercicios hiciera, cuantas veces me dijeran: "Tú sigue intentándolo que ya saldrá", llegué al punto de plantearme en dejarlo definitivamente...

¡Hasta que la encontré!

Como la mayoría de cosas en la vida, la inspiración llegó cuando menos la buscaba. En uno de esos encuentros por casualidad en los que te sientas a tomar un café y empiezas a hablar con tanta naturalidad que parece que te lo estés contando a ti mismo. Y entonces, simplemente, apareció. Llevaba unos días rondándome la idea por la cabeza, pero al tener a esa chica tan increíble delante, con esa chispa tan viva... lo vi claro. A la mañana siguiente tenía la sinopsis completa y a los dos personajes principales definidos.

Comencé a escribir apuntes, escenas que se me iban pasando por la cabeza. Sin ninguna pretensión, sin tratar de encasillar lo que escribía y darle un sentido, solamente escribir; y, por primera vez en dos años, me gustaba lo que leía. 

Os comento esto porque, a veces, nos obcecamos en algo y, si no nos sale, nos frustramos e incluso abandonamos. Pongo de ejemplo la escritura porque es mi caso, pero se puede aplicar a cualquier circunstancia: Estudios, trabajo, discusiones con personas a las que aprecias... Todo necesita su tiempo para encajarse y, si tiene que ser, volverá a ti... por mucho que tú quieras que todo se solucione fácil y rápidamente y te frustres y te cabrees, todo lleva su tiempo. Lo que nunca debes de hacer es dejar de creer en ti.


Nos leemos en el próximo post.

Fallo en los comentarios solucionado

¡Queda solucionado el tema de los comentarios! Ya podéis comentar que quedan registrados y me llegan.

Gracias por la ayuda Antonio Borja Fotógrafos.



Ya han sido dos personas las que me han comentado que hay fallos en los comentarios: Unos que se publican pero no llegan y otros que, directamente, no te permite ni siquiera comentar.
Estoy intentando solucionarlo pero si encontráis alguna otra mal función en el blog, por favor comentadmelo en el correo: Victoriabretonesphotography@gmail.com
Aún soy relativamente nueva en esto y no controlo bien el tema de las plantillas y demás.
Gracias a los interesados por avisarme y por las molestias.

Siempre ha habido gente que ha dicho eso de "una imagen vale más que mil palabras" y, en cierto sentido, es cierto; hay cosas, momentos y situaciones que no se pueden describir sino que hay que verlas, que sentirlas... ¿Y qué mejor que una fotografía? ¿Que un vídeo? Nuestros mejores momentos, nuestros recuerdos todos resumidos en una sola instantánea.


Pero, ¿puede funcionar también a la inversa? Es decir, ¿vale mil palabras más que una imagen? Estamos tan acostumbrados a la forma tradicional que resulta difícil incluso pensarlo. Pero yo creo que sí, que también funciona a la inversa y un ejemplo muy claro de ello son las adaptaciones cinematográficas de los libros.


"El libro siempre es mejor que la película" siempre es así, para qué negarlo. En gran medida porque en los libros no tienes límites para documentar y expresar todo cuanto quieres contar; es decir puedes crear un mundo entero y describirlo en cuantas páginas necesites o la relación entre dos personajes (que suelen ser las más perjudicadas en las adaptaciones), puedes tratarlo durante todo el libro: las presentaciones, el inicio de todo, cómo van evolucionando los sentimientos... Todo eso no siempre cabe en dos horas de película, ¡y eso las que llegan a dos horas completas!

Además, las adaptaciones cinematográficas deben regirse por un ritmo, una cadencia que cuente -con sus más y sus menos- todo el contenido del libro lo cual lleva a que muchas escenas sean eliminadas o que capítulos enteros se vean resumidos en un par de escenas o un par de frases y el resultado suele ser que a los fans del libro les sepa a poco.



Y vosotros... ¿Qué opináis?

"Sé atrevido, sé diferente, sé poco práctico, sé cualquier cosa que asegure tu objetivo y tu visión imaginativa frente a los jugadores seguros, las criaturas comunes, los esclavos de lo ordinario".

- Peter Lindbergh -